Obras de Leticia Balacek en Sudestada 9,37

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"El modo en que capturamos nuestro entorno se ha ido complejizando con las nuevas tecnologías, siempre ávidas por dar cuenta de que “estuvimos ahí”. Si no hay foto, no existió reza el mantra más contemporáneo. Sin embargo, estar mientras cambia la temperatura de un lugar o respirar al mismo tiempo que los árboles y animales lo hacen u observar con los propios ojos la danza de luces y sombras, todas ellas son experiencias totalmente intransferibles e irremplazables. De eso se trata esta exposición, Relieve interno de Leticia Balacek en Sudestada 9,37, de ofrecer una acercamiento sensible al modo en que la artista plasmó su estar ahí atravesada por lo sublime del paisaje patagónico. Sus obras se alejan del registro naturalista para poner de relieve la gestualidad de los trazos, su personal elección cromática y esa libertad con que mezcló materiales. 

 

Como sucede en la naturaleza –que ningún agente está trabajando de forma aislada–, Leticia decidió sumar algunos colaboradores: Tomi, su hijo, que con sus dibujos también acompañó los viajes por esas latitudes; Yafit Taranto y Florencia Fortini, muestran con video y fotografías la cocina al aire libre de estas obras; mientras que el relieve sonoro que nos invita a sumergirnos en la experiencia electro rítmica es una realización de Ritmo Chacal.

 

Así notamos que los paisajes que Leticia elabora son también huellas, marcas y recuerdos. Porque Leticia llega hasta el sitio luego de un trekking más o menos complejo cargando a cuestas su mochila de artista. Encuentra el lugar desde donde incorporará su entorno, entonces sí: detiene la marcha. Suelta la mochila, se acuclilla en el piso y empieza a desplegar lo que será su espacio de “taller” en medio la naturaleza. Con una mirada atenta a todo lo que la rodea, haciendo foco aquí y allá, comienza a hacer aparecer en la hoja esa imagen que es una perfecta combinación entre lo sublime que la atraviesa y algo muy personal que pulsa desde el corazón a través del brazo, por la mano y hasta los dedos que sostienen la herramienta. Con gestos veloces –porque de otra manera se congelaría– comienza la magia, la poesía de toda creación artística".

 

Mariana Rodríguez Iglesias

curadora y crítica

Buenos Aires, otoño de 2022